¿Quién no ha escuchado los
sonidos de la naturaleza perfecta y armónicamente orquestados?, ¿quién no se ha
deleitado con los variados y contagiosos ritmos de la música, con la muy
especial música clásica que al igual que la popular son capaces de despertar
los más escondidos sentimientos y la más bellas imágenes?.
¿Quién es capaz de decir que
nuestros niños y niñas en edad maternal y preescolar no están en disposición de
percibir, crear y combinar, tanto sonidos como ritmos?.
La música, además de ser un
lenguaje entendido y bien recibido por todos los habitantes del planeta, es una
herramienta indispensable en la labor diaria de los docentes, es una forma de
comunicación que los niños y niñas comprenden y les hace felices. Su valor es
invaluable en todos los aspectos del desarrollo integral, como son la
creatividad, la socialización, la coordinación psicomotriz, el lenguaje, la
memoria, entre otros.
De allí que en la Educación
Inicial, la integración de los tres aprendizajes fundamentales para el
desarrollo del ser social: hacer, conocer y convivir, tienen en la música un
aliado fundamental que va unido al proceso de desarrollo y aprendizaje de niños
y niñas.
Por otra parte, se ha de resaltar
que no es necesario ser especialista en el área de música para trabajar este aspecto,
simplemente la/el profesional de la docencia debe apropiarse de una serie de
herramientas que le van a permitir de manera clara y sencilla mediar este
aprendizaje. Para ello, es necesario propiciarlo en el quehacer diario, no sólo
en el aula, sino en el hogar y la comunidad, empleando todo tipo de música,
desde la académica hasta la popular, enriqueciendo su repertorio de trabajo,
sus ideas y conceptos a favor de un acercamiento a una cultura musical más
amplia.
El desarrollo integral del niño y
la niña puede ser potenciado a través de la música. Al interpretar una canción
sencilla acompañada de instrumentos de percusión, compartir la experiencia con
otros compañeros/as y adultos significativos, se fortalece la socialización.
También ayuda a trabajar hábitos, experimentar sentimientos, emociones e
incrementar la noción de grupo. Del mismo, modo permite apoyar la adquisición
de normas y reglas propias de la actividad musical, potencia el desarrollo
motor fino y grueso, al bailar, danzar, percutir su cuerpo, imitar gestos,
posiciones y movimientos y establecer relaciones entre su cuerpo y
objetos.
La música contribuye al desarrollo
del lenguaje, al favorecer el aprendizaje de palabras y frases nuevas, utilizar
otras ya conocidas, e inventar letras para las canciones. Por lo general la
herramienta musical más relacionada con la Educación Inicial es el canto, el niño
(a) canta cuando juega, al realizar actividades que le son de su agrado, al
sentirse feliz y a veces, sin motivo aparente; esto facilita la retención, le
da un carácter placentero al aprendizaje, incrementa el vocabulario y propicia
una mayor fluidez en la expresión oral. También el canto se constituye en una herramienta
clave para el inicio de la lectura y la escritura a través de los ejercicios
rítmicos.
Por otra, parte la música
favorece la seguridad del niño y la niña al desplazarse y ubicarse en el
espacio y el tiempo.
Igualmente se ve favorecido el
desarrollo cognitivo ya que potencia en el/la niño (a) la capacidad para observar,
explorar, escuchar, producir, comparar, formular hipótesis; es decir, permite
la construcción progresiva y significativa del pensamiento y sus diferentes
tipos de conocimientos mediante la clasificación de sonidos, timbres,
materiales; la seriación al ordenar sonidos agudos y graves, discriminar
intensidades, establecer relaciones temporales de los sonidos, enumerar
canciones, contar instrumentos musicales, entre otras.
En conclusión, la música como
parte importante de la experiencia humana ha generado diferentes aplicaciones
que la perfilan como mediadora del aprendizaje.
Para el logro de los aprendizajes
musicales es importante crear y desarrollar estrategias pedagógicas continuas y
progresivas que permitan al docente u otro adulto evaluar los niveles de
aprendizaje, sin apartar del escenario educativo el juego y la recreación, para
favorecer el desarrollo del ser creativo, partiendo de la visión de que el niño
y la niña son artistas por excelencia. Es indispensable que todo docente de
Educación Inicial estime en su justo valor la trascendencia educativa que tiene
la música.
La práctica de la misma debe ser contemplada, no sólo como una
obligación, sino como un estudio fundamental digno de la mayor atención.
Fuente: UNICEF
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