Los padres quieren
lo mejor para sus hijos, normalmente, saliéndose de sus hábitos comunes para
crear ambientes óptimos para que ellos crezcan.
La música es una
manera fácil para enrriquecer el entorno de la casa, y muchos padres,
intuitivamente, parecen pensar que escuchar música es beneficioso para el
desarrollo cognitivo. Sin embargo, conexiones entre escuchar música y el
aumento del conocimiento integral no han sido convincentemente demostrados. No
obstante, la exposición a la música influye el desarrollo del proceso auditivo
y a través de sus efectos sobre las emociones y estados de ánimo, así, la
música puede ser usada para aumentar el desenvolvimiento en diferentes tareas
cognitivas.
Muchos padres buscan
intuitivamente música para acrecentar el desarrollo cognitivo de sus hijos. Por
ejemplo, decidiendo poner clásica en lugar de pop, con el pensamiento de que
cultiva habilidades cognitivas más refinadas. ¿Cómo se posicionan las
investigaciones sobre esto? ¿hay alguna evidencia que escuchar música puede
influenciar el actuar cognitivo o el desarrollo de habilidades cognitivas?
Las investigaciones
de los efectos de la música ambiental sobre las demostraciones cognitivas son
parcialmente inconcluyentes y contradictorias. En una revisión de los efectos
de la música ambiental sobre diferentes tipos de tareas, no se encontraron
efectos claros de aumento de actuaciones en tareas cognitivas, así como muchas
variables afectaron el desarrollo de estos estudios. Los efectos de la música
ambiental dependen de cosas como las demandas cognitivas específicas de la
tarea, las características de la música, el contexto de la tarea y las
preferencias personales del individuo expuesto a la música. Como un ejemplo, para algunos niños, la música
clásica puede ser relajante y por ende ayudar en su desenvolvimiento cognitivo
en situaciones cuando el niño está nervioso y no puede concentrarse. Para otros
niños, la música clásica puede ser exactamente la elección incorrecta si está
buscando un efecto relajante. La música ambiental no es lo mismo para todos.
Más allá, no hay visiones que comprendan los efectos de una larga exposición a
la música durante el desarrollo cognitivo en la niñez.
Se necesita más
investigación para ver cómo la música ambiental y otro tipo de actividades,
escuchando música, influyen en la función cognitiva en diferentes contextos, y
si es que la música, como una parte del medioambiente en la niñez, puede
influenciar el desarrollo de resultados.
Las investigaciones
sobre los efectos de escuchar música antes de completar una tarea cognitiva son
más claros. Uno de los primeros estudios que miraron los efectos de escuchar
música antes de una tarea reportaron el “Efecto Mozart”. Aunque el estudio original
haya sido refutado, la noción de que poner música clásica a los niños aumentará
sus habilidades cognitivas ha permanecido. En el estudio del “Efecto Mozart”
original, los estudiantes universitarios que escucharon a Mozart antes de tomar
una prueba de razonamiento espacial lo hicieron mejor que aquellos que no
escucharon música y permanecieron en silencio. El resultado fue explicado
aduciendo a que la música de Mozart podría de alguna forma estimular el
razonamiento espacial, una conexión que realmente no tiene fundamentos teóricos
razonables.
Un meta-análisis a
posteriores estudios sobre la influencia de escuchar a Mozart antes de
completar una tarea visual-espacial, demuestran que de hecho hay un “Efecto
Mozart”, pero que el efecto es pequeño, y que otro tipo de música diferente a
la clásica, y otros compositores diferentes a Mozart, pueden inducirlo.
Otros estudios sobre
el “Efecto Mozart” también concluyen que el efecto probablemente no esté
relacionado a la estructura musical, pero sí a la forma en que el escuchar
música influencia las emociones y aumenta la excitación (esto es, escuchar
música que a uno le gusta antes de desempeñar una tarea, mejora el estado de
ánimo y los estímulos, lo que deriva en mejores desenvolvimientos en la tarea).
Hay un gran cuerpo
de investigación que muestra que las emociones y el estado de ánimo interactúan
con las funciones cognitivas tales como la memoria y la atención. También, se
ha descubierto que áreas del cerebro asociadas con las emociones juegan un rol
importante en procesos cognitivos.
La música tiene
profundas conexiones con las emociones y la música que uno disfruta activa
sistemas cerebrales relacionados a recompensas, motivaciones y placer. Por lo
tanto, la música podría, a través de esta conexión a estos mecanismos,
sustentar la función cognitiva. De hecho, se ha acumulado evidencia
investigativa para apoyar esta noción. Por ejemplo, en un estudio, sobre ocho
mil niños de entre 10 y 11 años fueron asignados o a escuchar una canción de la
banda Blur, una pieza de Mozart, o la grabación de una discusión. El
desenvolvimiento en una prueba de habilidades espaciales fue mejor para los
niños que escucharon la música pop- en otras palabras, hubo un “Efecto Blur”.
En otro estudio con
niños de 5 años, escuchar y cantar las canciones regulares de niños versus
música clásica (piezas de Mozart y Albioni), incrementó el desenvolvimiento en
la creatividad.
En resumen, escuchar
música puede ayudar el actuar cognitivo, pero los efectos de la música
ambiental dependen de una multitud de factores. Sin embargo, la música no es,
tristemente, un atajo para desarrollar un super cerebro, pero sí lleva a un
desvío: en testimonio del profundo enrredo de sentimientos y razón en la
existencia humana, los beneficios cognitivos de escuchar música dependen de la
poderosa, pero altamente subjetiva influencia que ejerce la música sobre las
emociones.
Fuente: The Sync
Project